Recorre la que fue una de las primeras calles de la Valencia romana
Si tienes previsto visitar Valencia seguro que pasearás por el casco histórico, uno de los más grandes de Europa y, cuando lo hagas, la calle Caballeros es una de esas que no puedes perderte. Conocida en su día como calle Mayor, nombre que no posee ninguna calle actualmente en Valencia, su nombre actual proviene de la gran cantidad de familias nobles que en ella vivieron en diferentes épocas. La calle Caballeros se extiende desde la plaza de la Virgen hasta la plaza del Tossal. Atravesándola, el visitante puede recorrer los 23 siglos de historia de Valencia.
En la calle Caballeros podemos encontrar multitud de palacetes y casas de marqueses, barones y nobles que han mantenido casi intacto su espíritu secular. Y entre todos ellos, un estrecho pasaje, discreto y un poco escondido, se encuentra el acceso a San Nicolás. El visitante entra expectante sin saber que, tras la puerta, aparecerán ante sus ojos los casi dos mil metros de pinturas barrocas de la bóveda del templo que han provocado que a este lugar se le conozca con el sobrenombre de “la Capilla Sixtina valenciana”.
Con más de 700 años de antigüedad, San Nicolás, que ya fue lugar de culto en época romana antes de ser mezquita e iglesia cristiana después, es un ejemplo de convivencia perfecta entre un templo de estructura gótica y una espléndida decoración barroca. La visita es toda una experiencia sensorial que permite recorrer este espacio tanto con guías especializados como de forma más independiente con el uso de audio guías en varios idiomas.
Ocupada por aristócratas en las épocas esplendorosas de la ciudad, la calle Caballeros es una de las preferidas por los valencianos y permanece hoy como testimonio vivo del paso del tiempo en la ciudad. Para llegar al corazón del Carmen, tienes varios caminos. Si vienes en tren a Valencia, desde la Estación del Norte llegarás en quince minutos a San Nicolás. Si tu crucero hace parada en el Puerto de Valencia, tanto en autobús como en taxi es posible estar en apenas quince minutos en el centro de la ciudad.