Esta obra fue restaurada por el Museo del Prado y es una pieza muy valorada
“El retablo del Calvario” (1476) es una de las obras capitales de la pintura española del siglo XV. Fue realizado por Rodrigo de Osona y, en la Historia del Arte, representa magistralmente el paso de la pintura gótica al Renacimiento hispano-flamenco. Es una pieza muy valiosa que fue restaurada por el Museo Del Prado y se puede ver en la visita guiada a San Nicolás. Constituye un magnífico ejemplo de la amalgama de estilos pictóricos que confluyeron en Valencia durante los años 80 del siglo XV.
La obra de arte está ubicada en la Capilla Bautismal, sobre la pila, y representa la muerte de Cristo en la cruz. La tabla principal, rematada en medio punto, muestra en un amplio paisaje el Calvario con las Marías, San Juan Evangelista y un grupo de profetas. En un segundo plano se ven grupos de soldados, la Verónica y un hombre con una escalera para el Descendimiento. En la predela hay cinco compartimentos con diferentes representaciones: Santa Ana con la Virgen y el Niño; San Pedro; la Piedad; San Pablo y el Ángel Custodio.
Rodrigo de Osona, según los historiadores, debió nacer en Valencia y lo más seguro es que accediera a los modelos flamencos en la ciudad. Además de la influencia flamenca, el artista recibió también el influjo de los pintores italianos establecidos en Valencia desde 1472, Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano, como lo prueba el hecho de que en fecha relativamente temprana incorporase en sus obras elementos decorativos renacientes, como sucede en la predela del retablo.
San Nicolás ofrece al visitante tanto un espacio arquitectónico impresionante, con una decoración barroca muy prolija, como unas piezas artísticas en sus paredes que muestran obras imprescindibles, como esta de Rodrigo de Osona así como de Juan de Juanes, Jacinto de Espinosa o José Esteve Bonet entro otros.